lunes, 4 de febrero de 2013

UN NUEVO ESTUDIO SOBRE SALUD Y DEPORTE REVELA LOS BENEFICIOS CARDIOVASCULARES QUE PRODUCE LA PRÁCTICA DEL GOLF


INVESTIGADORES ALEMANES DEMUESTRAN EN UN TRABAJO QUE LA PRÁCTICA DEL GOLF POSEE MUCHAS VENTAJAS PARA EL SISTEMA CARDIOVASCULAR, SOBRE TODO EN PERSONAS DE MÁS DE 40 AÑOS. LA INVESTIGACIÓN SE LLEVÓ A CABO CON 30 JUGADORES QUE REALIZAN ESTA ACTIVIDAD COMO ALGO LÚDICO Y NO DE FORMA COMPETITIVA.

No cabe duda de que éste es un fin de semana de golf. Mañana finaliza el mítico Masters de Augusta, el torneo más importante del mundo, que lo sitúa cada año en el centro de la atención de todos los aficionados al deporte. Este año, precisamente, las noticias más recientes relacionadas con el golf son especialmente alentadoras desde la óptica de la salud. Un grupo de investigadores alemanes acaba de publicar un trabajo que considera este deporte como un ejercicio muy beneficioso para la salud del sistema cardiovascular y especialmente, recomendable a partir de los 40 años.
Lo cierto es que el estudio llevado a cabo en Alemania se sale de lo habitual. No es frecuente realizar una investigación con mediciones de esfuerzo y evaluación del rendimiento cardiovascular en un deporte aparentemente tranquilo como es el golf. La utilización de pulsómetros, registros electrocardiográficos y extracciones periódicas de sangre son más típicas de investigaciones en corredores de maratón o ciclistas de alto nivel. En este caso, se trata de personas que rondan los 50 años y que practican el golf como una actividad más placentera que competitiva. Ese es el perfil de los individuos objeto de estudio a cargo de los investigadores de la Unidad de Medicina Deportiva de la Universidad de Ulm (Alemania). 



EL ESTUDIO
La investigación, dirigida por el doctor Stauch, aparece publicada en el último número del Journal of Sports Medicine and Physical Fitness y muestra la evaluación de las respuestas cardiovasculares de 30 jugadores (21 varones y 9 mujeres), con edades comprendidas entre los 43 y los 67 años, durante la realización de un recorrido completo de golf. El estudio se llevó a cabo en un campo de golf con subidas y bajadas y en el que, lógicamente, los jugadores efectuaban todos los desplazamientos caminando.
En realidad, lo que perseguía el grupo de investigadores de Ulm era establecer las diferentes intensidades de trabajo cardiovascular que se registran durante un recorrido en un campo de golf. Su objetivo era evaluar de la manera más exacta posible la duración de cada nivel de intensidad en el esfuerzo y, para ello, se registró la frecuencia cardiaca cada 15 segundos y se efectuaron mediciones de la presión sanguínea en 18 ocasiones (antes de comenzar cada uno de los hoyos).
Los resultados del estudio sitúan el promedio de frecuencia cardiaca durante el juego en 113 pulsaciones por minuto, reflejando un incremento de un 31% respecto a la media ofrecida al comenzar el recorrido. La media de la frecuencia cardiaca máxima registrada 
por cada jugador se situó en 135, mientras que en los periodos de descanso dentro del recorrido se presentaron cifras cercanas a las 100 pulsaciones. La presión sistólica de la sangre fue disminuyendo a medida que transcurría el juego. Los promedios fueron de 145 mm Hg al comenzar; 137, durante el juego y 119, al terminar.
Pero los datos más llamativos del trabajo se encuentran en la duración en el tiempo de los distintos niveles de esfuerzo cardiovascular. Los investigadores descubrieron que todos los jugadores se mantuvieron durante más de dos horas (sumando diferentes periodos repartidos a lo largo del recorrido) en frecuencias cardiacas superiores al 50% e inferiores al 85% de la frecuencia máxima. 


VENTAJAS

La cifra habla por sí sola de los sorprendentes beneficios del golf como actividad aeróbica, especialmente si tenemos en cuenta que los programas de ejercicio recomiendan entrenamientos de 30 minutos como tiempo suficiente para mejorar la resistencia. A modo de beneficio añadido para la prevención de enfermedades coronarias se comprobó, además, que los triglicéridos disminuyeron en un 18% durante el recorrido y el colesterol HDL (el bueno) aumentó en un 6%.
Los datos aportados por los investigadores sitúan al golf como una actividad ideal para mejorar la forma física de las personas de más de 40 años. En este grupo de edad, para que el golf se convierta en una actividad plenamente satisfactoria, se ha de tener muy en cuenta, además, la protección de la espalda. Recientemente los especialistas en Medicina Deportiva están recomendando que las frecuentes patologías lumbares que sufren los practicantes de golf causadas por las altas velocidades de rotación que debe soportar la columna vertebral con ocasión del swing se prevengan con ejercicios gimnásticos para el fortalecimiento del tronco.
 

Autor: Ignacio Romo 







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